Dios es como la flor del almendro: cuando en invierno todo parece perdido, frío, oscuro, brota la vida. Jeremías ve un almendro en flor y Yahvé le dice que él vela para que se cumplan las promesas de alegría para su pueblo (Jr 1,11-12); de la vara de Leví brota una flor del almendro en la tienda que Dios mismo ha puesto en medio de su gente (Nm 17,8): nunca estarán solos, a donde vayan irá, ellos serán su pueblo, él será su Dios. Este volumen reúne escritos públicos de Chile, España, Italia, Uruguay, Brasil, Alemania, Cuba, Argentina, Estados Unidos, Francia, Senegal | GRATUITO
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